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La Junta de Andalucía reduce la religión, excluye a sus profesores, recorta la educación diferenciada o a Cáritas y quiere quedarse la Mezquita de Córdoba...

El Estatuto de Autonomía andaluz consagra, al igual que la Constitución, la prohibición de cualquier discriminación por razones de credo y también consigna que los poderes públicos andaluces deben garantizar el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

Sin embargo, el bipartito PSOE-IU —que se autodenomina Gobierno de progreso y que pregona su laicismo— ha emprendido una especie de cruzada en la que el blanco de todos los dardos siempre suele ser la religión. La católica, claro está.

De hecho, en los últimos tiempos en el punto de mira de la Junta de Andalucía han estado los profesores de religión, la Mezquita de Córdoba, la educación concertada e incluso la organización de acción caritativa Cáritas, entre otros.

La asignatura de religión
Sin duda ha sido la gran damnificada de la batalla que el Ejecutivo andaluz ha emprendido contra la Ley Wert, la Lomce.

Además de presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional, la Junta ha iniciado una lucha más sibilina contra la polémica Ley del PP. Directamente cortó por lo sano y redujo al mínimo las horas de religión.


La Consejería de Educación anunciaba hace semanas su intención de recortar el horario de esta materia de tal manera que la asignatura quedaría reducida a un tercio, con lo que los escolares de Primaria la recibirían una hora a la semana frente a las tres actuales.

Los profesores de religión

Pero la reducción de las horas de la materia no es la única vía por la que han hecho efectivo el ataque contra un colectivo, el de los profesores de esa materia, que llevan años sufriendo recortes.

El último capítulo se produjo cuando el pasado octubre Educación decidía prohibir que los profesores vigilaran los recreos como el resto de profesores.

La decisión era justificada desde la Junta e incluso por su presidenta, Susana Díaz, en que los profesores «los elige la Iglesia» y por ello no pueden cuidar el recreo ya que se trata de una tarea que está dentro de las funciones de «tutoría».

La orden no solo sembró la polémica, sino que provocó la protesta de estos profesores que se consideraban desplazados de sus tareas.

Educación diferenciada


Los colegios que separan a los niños de las niñas no le han gustado nunca a la Junta. Unos centros que, en la mayoría de los casos, pertenecen a órdenes religiosas y dan servicio a muchas familias que por razones ideológicas consideran esa la mejor opción.

En Andalucía quedan una docena de colegios concertados (además de los privados) con ese modelo.

Sin embargo el Ejecutivo andaluz decidió en septiembre de 2012 eliminar los conciertos con esos colegios basándose en un fallo del Tribunal Supremo. Y dos años después sigue negándole el concierto por lo que los padres de los doce centros andaluces firmaron hace unos días un manifiesto conjunto por la diferenciada.

A la concertada, la mayoría en manos de religiosos, también siguen reduciéndole las plazas.

La Mezquita-catedral


Es una de las batallas más enconadas. La Junta pretende que la Mezquita Catedral de Córdoba, que siempre ha estado en manos de la Iglesia, sea de titularidad pública. De momento está abierta la negociación pero el Gobierno de Díaz quiere la titularidad del monumento aunque la gestión siga en manos de la Iglesia.

De la catedral al Albaicín

Se trata de un conflicto más local pero también tiene su trasfondo. En Granada el grupo municipal del PSOE en el Ayuntamiento quiere que una parte del precio de las entradas a la Catedral y Capilla Real granadinas también se destine a la rehabilitación del milenario barrio del Albaicín.

Cáritas


También esta organización de la Iglesia ha sufrido los envites de la Junta. Hace ya un par de años la Junta dejó en suspenso su convenio con Cáritas Andalucía. Una ayuda que suponía 1,49 millones de euros al año y que Cáritas destinaba a mantener en funcionamiento los centros de acogida de personas sin hogar. Y eso sin contar que Diego Valderas intentó controlar el banco de alimentos.

Fuente: religionenlibertad.com

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Ofensiva laica contra la clase de Religión


La asignatura de religión católica (de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para el alumnado) resiste en las aulas españolas pese al acoso laicista. En los últimos diez años, más de medio millón de alumnos han dejado de cursar la materia en España, lo que preocupa a las autoridades eclesiásticas, que en más de una ocasión han mostrado su malestar por la pérdida progresiva de peso de la asignatura en el currículo educativo. Sectores católicos atribuyen esta situación a una campaña de desprestigio contra la materia por parte de grupos laicistas y «al descenso de espíritu religioso de los padres que ceden a las presiones de sus hijos».

Los últimos datos del Ministerio de Educación y Ciencia, consultados por este diario, dan fe de esta sangría de alumnado. Según las mencionadas estadísticas, la demanda de religión católica en las etapas de educación básica (Infantil, Primaria y Secundaria) ha descendido en más de 500.000 estudiantes en los últimos diez años, un total de 158.483 en los colegios y 344.668 en los institutos.

El informe ministerial revela que el 75,5 por ciento de los 2.665.161 estudiantes españoles matriculados en Primaria (niños de entre 6 y 12 años) en el curso 2008-2009 —el último del que se tienen estadísticas oficiales—, y el 55,3 por ciento de los 1.813.572 alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) estaban inscritos en la asignatura. Diez años antes, cursaba religión el 84,7 por ciento de los 2.562.785 alumnos de Primaria y el 71,3 por ciento de los 1.890.004 de ESO. Así, en virtud de los números, la asignatura ha perdido en diez años un 7,3 por ciento de estudiantes en los colegios y hasta un 25,5 por ciento en los institutos.

La Comunidad en la que la asignatura es menos aceptada es, con diferencia, Cataluña, donde hace dos cursos sólo un tercio del alumnado estudiaba religión. Ahora, según recientes estadísticas de la consejería de Enseñanza, la situación ha ido a más y sólo uno de cada diez alumnos la marca en su currículo básico. En Melilla, donde la materia tiene también muy poca presencia escolar, solo un 25% del alumnado de los centros públicos la elige. Por contra, en Extremadura, Andalucía y Cantabria cursan la materia entre nueve y ocho alumnos de cada diez.

Los casos de Cataluña y el País Vasco (sólo la elige el 35,5 por ciento del alumnado de Primaria y el 21,7 por ciento de ESO) han sembrado preocupación entre los defensores de la educación religiosa en la enseñanza básica. Una de las voces más beligerantes ha sido la del obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, quien denuncia que desde hace años hay una campaña para desprestigiar la asignatura. «No es justo lo que ocurre con religión. Está padeciendo una agresiva estrategia de acoso y derribo», afirmó el prelado en declaraciones recientes.

Campaña de desprestigio
«Se empieza por poner palitos en las ruedas al estatus de la asignatura (evaluable o no evaluable; troncal o secundaria; con asignatura alternativa o sin alternativa; en horario escolar o extraescolar; etc...); se sigue por reivindicar su exclusión del sistema público de enseñanza, en nombre de una malentendido concepto de “escuela laica”; y se terminará por forzar su salida del curriculum», añadió.

Monseñor Munilla defiende la clase de religión asegurando que es un derecho y no un privilegio y advierte de que «algunos católicos pueden estar arrastrando una especie de complejo, como si hubieran aceptado que es una reminiscencia del antiguo régimen en esta sociedad democrática». La asignatura está regulada en una orden del Ministerio del 3 de julio de 2007, por la que el Gobierno garantiza a los estudiantes de Infantil, Primaria y Secundaria que lo soliciten el derecho a recibir esta asignatura.

Fuente: ABC.es
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