finlandia (2)

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Finlandia ha sido durante años el ‘faro educativo’ de Europa. Los informes de la OCDE han consagrado reiteradamente el modelo educativo del país nórdico como referente a seguir. Los ingredientes de su fórmula de éxito son variados: educación gratuita, buena formación del profesorado y prácticas pedagógicas tradicionales en contraposición con las nuevas tendencias pedagógicas.

Otro aspecto que confiere valor añadido a esta ‘escuela de lento cocinado’ del que se ha hablado menos es, según destacan los expertos, el trato que históricamente se ha dado a la asignatura de Religión en las aulas, tratamiento que contrasta con «el acoso y el progresivo arrinconamiento» que ha sufrido la materia en el sistema educativo español en los últimos años», según denuncia el sindicato de profesores de Religión PREC. 

En el país nórdico la religión computa en el expediente, es materia de Selectividad y es obligatoria para los hijos de las familias inscritas en la Iglesia Luterana. El resto de alumnos que deseen formación religiosa (católica, musulmana, etc..) pueden solicitarla y con solo tres peticiones, no solo en un centro sino en una misma área, tienen garantizada la asignatura de forma totalmente subvencionada por el Gobierno y dentro del currículo.

El respeto hacia la asignatura en la escuela de un país como Finlandia con una Iglesia de Estado, la luterana, a la que pertenecen, al menos nominalmente, el 70 por ciento de los finlandeses, ha logrado «perpetuar unos valores en los alumnos que ayudan a combatir el individualismo de la sociedad de este país y prevenir la violencia en las aulas», señala en declaraciones a este diario María Gutiérrez Arana, profesora de religión católica en Finlandia desde hace 20 años.

«Deben aceptar sus raíces»

Sabe de los que habla. En sus clases acoge a alumnos de diferentes etnias y procedencias (vietnamitas, iraquíes, americanos, africanos.,,,). «A todos les ayudo a aceptar sus raíces. Es importante saber quién es uno para encajar bien en una nueva cultura», señala la docente.

Las estadísticas refrendan las bondades del modelo finlandés. Mientras en España los episodios de violencia escolar han aumentado progresivamente en los últimos años –el último informe del sindicato educativo ANPE relativo al curso 2019-2020 apunta que las amenazas de alumnos a profesores subieron de un 10 a un 12 por ciento–. En el país nórdico las agresiones y amenazas a profesores son escasas y se deben «exclusivamenten a problemas de aislamiento, de soledad y de pérdida del sentido de la vida en la juventud».

María Gutiérrez Arana, profesora de religión católica en Finlandia desde hace 20 años ABC                                                                           María Gutiérrez Arana, profesora de religión católica en Finlandia desde hace 20 años ABC

«Las autoridades educativas de Finlandia tratan de prevenir estos problemas con la ayuda de la enseñanza de la religión luterana, ortodoxa, católica y musulmana en las escuelas, respetando el derecho de los padres a decidir la educación que quieren para sus hijos», dice la docente, quien reivindica el mismo trato la asignatura en España.

«Si cuidáramos la asignatura de Religión en la escuela se combatiría la pérdida de valores del alumnado y se minimizaría, como consecuencia, el impacto de la violencia en las aulas. No solo beneficiaría al estudiante sino a toda la comunidad educativa», dice Gutiérrez.

Sin embargo, el modelo que dibuja la Lomloe «está a años luz de la sensibilidad hacia la formación religiosa del alumnado que pregona Finlandia». En la nueva ley educativa española, conocida como la ley Celaá, la asignatura de Religión sigue siendo de oferta obligatoria para los centros, y voluntaria para los alumnos, pero deja de computar para la nota media del expediente. Asimismo, carece de una asignatura alternativa que deberían cursar aquellos alumnos que no la elijan, y su posición en el horario escolar se deja en manos de las comunidades autónomas. Además, en la nueva ley pierde peso en el currículo y caen también las horas mínimas de Religión.

«No la garantizan»

A ello se suma el «boicot» que en algunas comunidades como Cataluña se hace a la asignatura. «La Generalitat no está garantizando la oferta de la materia en todos los centros en las condiciones que establece la ley, vulnerando el derecho de muchas familias a escoger la educación que quieren para sus hijos», denuncia el presidente del sindicato PREC, Ignacio Díaz.

La Subfederación de Educación de la Federación de Cristianos de Cataluña ha instado a la Generalitat a que revise sus políticas respecto a la enseñanza confesional y siga el ejemplo de Finlandia. «Sin duda nos iría mucho mejor», concluye.

Fuente: abc.es

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Religión como asignatura y el ejemplo de Finlandia

  • FERNANDO JORAJURIA ZABALZA-
Actualizado el 07/06/2021 a las 19:15
 
Decir que Finlandia es uno de los referentes mundiales en calidad educativa no es novedad. Decir que nuestro país no lo es, tampoco. Lo que sorprende, e incluso podría decirse que da vergüenza ajena, es ver cómo se aborda el estudio de la asignatura de Religión en uno u otro lugar. Según vemos en la prensa de estos días, y en la web del propio país, en Finlandia en 2016 se hizo un reforma educativa, y se replantearon qué hacer con el estudio de la Religión en la escuela. Pues bien, la respuesta no sólo fue mantenerla sino apostar claramente por favorecer e impulsar el estudio de la confesión religiosa elegida por las familias. Los argumentos son por ejemplo evitar radicalismo, ayudar al alumnado a encontrar sentido a su vida, que los inmigrantes se sientan más acogidos, conocer la cultura, los valores y las tradiciones, etc.
 
Si miramos por nuestra tierra, vemos cómo este tema se aborda desde un importante sector de la clase política justo en la dirección contraria. Aquí parece que tienen una fijación, casi enfermiza, por sacar de la escuela o reducir a la mínima expresión a esta asignatura. Para ello poco les importa pasar por encima del marco jurídico, de los derechos de las familias, del profesorado, etc, y todo ello adornado de frases grandilocuentes pero huecas y con los mismos argumentos del siglo pasado repetidos una y otra vez como si fueran originales. Sin duda, aquí tenemos que hacer una buena reforma educativa, por eso no estaría mal pedir a nuestra clase política un poco de sentido común, que miren a Europa y que se preocupen más en potenciar una educación de calidad para nuestro alumnado que en excluir o reducir a la mínima expresión la aportación que hace una asignatura que, como en el caso de Finlandia, está y seguirá estando dignamente presente en su sistema educativo público.
 
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