En el marco de la reflexión "El sistema educativo: entre el consenso y la ideología", la séptima edición de la Universidad Catalana de Verano en Manresa ha acogido la mesa redonda dedicada a La religión en el sistema educativo: ¿hacia la pérdida de las raíces culturales? La mesa ha sido moderada por Carles Armengol, pedagogo, y ha contado con la participación de Maria Assumpta Domènech, profesora de Religión Católica en centros públicos de Educación Secundaria y presidenta de la Plataforma de Docentes de Religión de Cataluña (PDRC), y Eloi Aran, arquitecto y teólogo responsable del Área de Identidad y Misión de la Fundació Escola Cristiana de Catalunya (FECC).
Armengol ha introducido la temática haciendo mención a los orígenes culturales europeos a través de tres ciudades: Atenas, Roma y Jerusalén. Para Armengol, el sustrato del legado de estas ciudades "pervive en infinidad de manifestaciones en todos los órdenes de la vida social, cultural, política y religiosa y también en el terreno de las ideas y cosmovisiones". Referente a Cataluña, Armengol ha destacado cómo la historia civil y la historia eclesiástica han ido entrelazadas en el momento de nacimiento de Cataluña "marcando profundamente nuestra cultura, nuestras tradiciones e incluso nuestras instituciones". Yendo a la situación actual, marcada por el pluralismo del hecho religioso, la separación entre la Iglesia y los poderes públicos o la fragmentación de las creencias, convicciones y prácticas religiosas, Armengol ha indicado que el reconocimiento de la aportación de la iglesia católica y la visibilidad de las raíces cristianas de Cataluña no está reñido con un escrupo.
Tomando las dos vertientes planteadas por Armengol en el abordaje del hecho religioso en la escuela en Cataluña, Aran se ha centrado en la necesidad de tratar la dimensión trascendente de la persona y la transmisión de la cultura en el ámbito educativo. En referencia a la primera, Aran ha indicado que la educación, a pesar de necesitar de cierta neutralidad como garante de ninguna imposición ideológica, nunca es aséptica, dado que siempre se parte desde una visión de la persona y del mundo.
En este sentido, Aran ha mencionado diferentes concepciones de la persona y de sus implicaciones en el ámbito educativo constatando que "descabezar, silenciar o no tratar esta dimensión trascendente es educar a medias" y esto se nota posteriormente en concreciones escolares como a la hora de educar en el sentido de la vida, la orientación profesional o las relaciones interpersonas.
Sobre la transmisión cultural, Aran ha plateado la semejanza de la cultura como "el agua de la pecera", donde, citando a San Pablo, ésta es el medio donde "nos movemos, vivimos y somos". También ha inquirido a los asistentes sobre si las mismas razones para justificar una inmersión lingüística pueden ser útiles también para una inmersión en el lenguaje cultural del país; un lenguaje cultural que comporta el reconocimiento de la dicción cristiana. Para Aran, en referencia a la obra Los desheredados de Françoise-Xavier Bellamy, la escuela tiene el deber de transmitir el legado cultural colectivo porque "no hay posibilidad extra cultural en el hombre".
En lo referente a la posible crítica de adoctrinamiento cultural, Aran ha respondido que el conocimiento del cristianismo no implica hacer proselitismo porque "del mismo modo que aprender y entender un poema de Quevedo no nos hace unionistas, ni uno de Joan Maragall independentistas, o hablar de la filosofía de Pascal nos hace francófilos -para hacer referencia al recientemente galardonado filósofo Pere Lluís Font-, aprender las bienaventuranzas, por ejemplo, no nos hace ipso facto confesantes cristianos, pero nos ayuda a entender nuestra historia independientemente de nuestras creencias o convicciones".
Por otro lado, Domènech ha puesto encima la mesa la urgencia y la carencia de una materia de cultura religiosa no confesional para todo el servicio de educación de Cataluña que pueda ser compatible, a la vez, con la oferta de las propuestas confesionales. Domènech ha señalado que "no basta con una Historia de las Religiones", sino que hay que plantear preguntas abiertas de sentido porque "a los populismos los interesa la ignorancia".
Aparte de reivindicar el rol de los docentes de Religión Católica en la escuela de titularidad gubernamental y encontrar soluciones en la carencia de reconocimiento social de la asignatura, Domènech ha hecho un llamamiento a "superar los prejuicios, tanto de un lado como del otro" para que la Religión no quede marginada o enfrentada a metodologías educativas que no tienen por qué ser un obstáculo para la impartición de la materia.
En un amplio espacio de intervenciones posteriores, han ido surgiendo diferentes casuísticas relacionadas con la temática y que han ayudado a esclarecer conceptos, como por ejemplo, la diferencia entre catequesis y educación religiosa en perspectiva cultural, poner de relevo las posibilidades pedagógicas del hecho religioso en relación con el resto de saberes escolares o, también, como herramienta para la convivencia con las diferentes religiones y convicciones del alumnado.
Fuente: catalunyareligio.cat
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