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El arzobispo de Tarragona, Joan Planellas, pide a las autoridades que incluya en los programas educativos "unos mínimos de cultura judeocristiana" porque su ausencia como materia obligatoria lleva "al desconocimiento" y conduce a "hacer el ridículo o faltar al respeto a los sentimientos más íntimos de los otros".

En su carta dominical que publicarán las hojas parroquiales de la archidiócesis tarraconense el próximo domingo, titulada "Exponerse a hacer el ridículo", Planellas asegura que "la ausencia de una cultura judeocristiana lleva al desconocimiento de lo que ha impregnado nuestra cultura occidental y de las propias creencias religiosas de muchos de nuestros conciudadanos"

 

"Entonces -añade en alusión implícita al gag que recientemente emitió un programa de TV3 con una parodia de la virgen del Rocío- , como hemos vivido hace unas semanas, podemos encontrarnos con situaciones en las que, pasándose de listo, uno acaba o haciendo el ridículo o faltando al respeto a los sentimientos religiosos más íntimos de los demás, lo que viene a ser lo mismo".

"Y por el camino que vamos, ¿quién asegura que el caso no pueda repetirse?", se pregunta el arzobispo de Tarragona, que también es el presidente de la Conferencia Episcopal Tarraconense, que agrupa a las diez diócesis de Cataluña.

Planellas recuerda que hay que tener una mínima cultura de religión judeocristiana para saber "de dónde viene que hagamos fiesta el domingo y no el martes; saber por qué la Pascua es una fiesta secular; conocer qué significan las cruces que en muchos sitios encontramos en las entradas de los pueblos; o para qué sirven estos edificios grandes, con frecuencia monumentos de arte, que dan una fisonomía propia a cada pueblo".

"¿Por qué decimos que estamos en 2023 y no en 1800? ¿Qué pintan tantas ermitas y santuarios en los lugares más emblemáticos de nuestra región? Y podríamos alargar la lista con preguntas tan caseras como las anteriores", añade el arzobispo.

Monseñor Planellas afirma que "la historia de nuestros pueblos no puede silenciarse. Todo el mundo es heredero de un pasado que no ha escogido y que, sin embargo, le conforma. Por honradez a las nuevas generaciones, hay que procurarles un mínimo de cultura judeocristiana, al menos para entender nuestro propio país".

El arzobispo de Tarragona recuerda que, entre la escuela pública y la concertada, algo más del 25 % de los alumnos de Cataluña acuden a la clase de religión.

"Ahora, que tenemos la oportunidad en Cataluña de implementar una 'atención educativa' al alumnado que no opta por la clase de religión confesional, rogamos a las autoridades educativas que, al menos, esta atención educativa incluya unos mínimos de cultura judeocristiana, dado que -lo queramos o no- la propia Biblia se convierte en un verdadero atlas iconográfico de nuestra cultura occidental", argumenta.

Planellas alega que cuando era pequeño e iba a la escuela pública de su pueblo, le "silenciaron unos hechos de la historia que han contribuido a ser lo que somos. En su momento, los de mi generación nos quejamos".

"Cuando en nuestras calles aparecieron placas con nombres como Rafael Casanova, Francesc Macià, Carrasco i Formiguera o 11 de septiembre, tuvimos que aprender quiénes eran estos señores o qué ocurrió ese día. Lamentable cuando son personas y hechos clave de nuestra historia. Igualmente, una cultura religiosa básica, completa y objetiva no debe dar miedo a nadie", concluye el arzobispo.

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