JAPÓN: UNA PERSPECTIVA BÍBLICA DE LOS DESASTRES NATURALES

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JAPÓN: UNA PERSPECTIVA BÍBLICA DE LOS DESASTRES NATURALES

A PROPÓSITO DEL ÚLTIMO GRAN TERREMOTO Y TSUNAMI OCURRIDO EL JUEVES 10 DE MARZO DE 2011 EN JAPÓN
"Lo que estamos viendo son escenas apocalípticas", decía un periodista en la televisión, a la vez que me sorprendía en la mañana del jueves la noticia de un gran terremoto de 8.9 grados en la escala Richter, acompañado por un tsunami con olas de hasta 20 metros de altura. En medio de este drama, reflexionaba sobre la causa de este tipo de desastres, y de cómo ya nuestro Señor había hecho referencias al respecto más de 2000 años atrás.

Es mi deseo compartir lo que Dios nos dice en Su palabra sobre los desastres naturales, y en términos generales, sobre el drama y sufrimiento humano. 
Como bien sabemos, en las últimas dos o tres décadas muchos científicos han levantado la voz argumentando que todo se debe al calentamiento global, a la contaminación y al proceso natural de deterioro de la tierra causado por la depredación del hombre. Y ésto es cierto sólo en parte, pues como hemos visto en los últimos años, la temperatura del planeta tierra no sólo está aumentando, sino que también está disminuyendo en otros lugares. 
Ciertamente lo que está ocurriendo es una especie de "descontrol" del clima y los elementos. Sin embargo, y es mi deseo hacerlo ver aquí, este "descontrol" no se debe sólo en parte al accionar del hombre sobre la naturaleza, sino que en últimas se debe a la mano soberana de Dios sobre Su creación. 
La ciencia post-moderna simplemente desea ocultar su ignorancia sobre diversos temas con suposiciones vagas que no son más sino argumentos para enmascarar la soberanía y majestad de Dios sobre toda Su creación. Veamos la cosmovisión bíblica para los desastres naturales:
¿Por qué ocurren los desastres naturales?

No podemos encarar este tema, si no es desde el entendimiento bíblico de la creación."En el principio creó Dios el cielo y la tierra." Génesis 1:1. Por lo anterior, entendemos que la tierra no es el resultado de procesos sin causa. La tierra y el universo tienen una causa, y ésta causa última está determinada desde la eternidad por el único Dios Todopoderoso quien los hizo. En Él coexiste todo.
También entendemos que Dios determinó en Su plan dotar de libre albedrío a sus primeras criaturas, Adán y Eva; les ordenó gobernar sobre toda la creación.....pero ese libre albedrío les llevó a desobedecer a su creador, y rebelarse contra Él: "...del árbol de la ciencia del bien y el mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás". Génesis 2:17. Al comer, ciertamente el hombre murió espiritual y físicamente, y junto con él, todo animal y ser vivo sobre la tierra.


Pero esa no fue la única consecuencia: la tierra fue maldita. "Maldita será la tierra por tu causa" Génesis 3:17. La manifestación de esa tierra maldita ha sido contemplada por el hombre desde los tiempos antiguos. Y hoy estamos contemplando esa maldición en el país nipón. 


De este modo entendemos que la naturaleza está maldita. La tierra y todo lo que en ella hay, están malditas por su creador. Depredación animal, terremotos, tornados, huracanes, tormentas, truenos y relámpagos, volcanes en erupción, tsunamis, deslizamientos de tierra, inundaciones, incendios, tormentas solares.... todas ellas son el resultado de la maldición decretada por el Dios soberano sobre la tierra. No son algo nuevo, han ocurrido siempre y seguirán ocurriendo hasta el tiempo de Su venida.


En resumen, entonces, podemos afirmar que los desastres naturales ocurren como consecuencia de la caída. El pecado del hombre condujo a esta tierra a estar manchada con maldición perpetua. 


¿Qué nos enseña la Biblia respecto a los últimos tiempos?


En Mateo 24, Jesús habla de eventos futuros de diversa índole: la destrucción del templo de Jerusalén y eventos relacionados con su venida. "Y oiréis de guerras, y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es menester que todo esto acontezca, pero aún no es el fin.
Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá hambres, y pestilencias, y terremotos en muchos lugares. Y todo esto será principio de dolores" Mateo 24:7-8. Llama la atención la expresión "principio de dolores". Significa: esto es solo el comienzo. Aún no es el fin. 


Hemos advertido cómo a lo largo de la historia se han levantado hombres declarando el fin inminente y el advenimiento de Cristo. Pero ya el Señor nos había advertido sobre ésto: "Entonces si alguno os dijere: He aquí está el Cristo, o allí, no lo creáis." Mateo 24:23. Es importante notar que el deseo del Señor no era despertar la curiosidad de sus discípulos sobre estos eventos, sino alertarlos y prepararles a ellos y a los creyentes futuros. 


El momento de Su venida, Su regreso en gloria, su juicio, ese instante nadie lo conoce: "Pero del día y la hora, nadie sabe, ni los ángeles del cielo, sino sólo mi Padre. Mateo 24:36. Esto nos enseña que la doctrina de las últimas cosas no debe centrarse en el momento del regreso de Cristo, sino en su implicación: su gloria será manifestada sobre toda la creación. Toda rodilla se doblará ante Él, y entonces, vendrá el juicio. Unos a gloria eterna y otros a condenación eterna.


"Porque sabemos que toda la creación gime a una, y está en dolores de parto hasta ahora" Romanos 8:22. Estos dolores de parto siempre comienzan suave, se van incrementando en intensidad y se hacen cada vez más frecuentes. La creación, la tierra maldita, gime cada vez más frecuentemente para que sea manifestada la gloria de Dios.  Esta es la explicación bíblica para el aumento de los desastres naturales. Seguirán en aumento porque ya Dios nos advirtió sobre ello. No se debe totalmente al calentamiento global, o al efecto invernadero; se debe a que ya Dios lo decretó así de antemano. Es necesario que así ocurra.


Cuando se "dé a luz", será manifestada la gloria de Dios. Será el fin: Cielos nuevos y tierra nueva. El libro de las revelaciones de Juan nos dice en referencia a la iglesia:  "Y estando embarazada, clamaba con dolores de parto, y angustiada por dar a luz" Apocalipsis 12:2. Una y otra vez la referencia a los dolores de parto, los cuales, para nuestro final regocijo, cesarán.


....Y mientras tanto, qué enseñanza tenemos del drama y sufrimiento humano ajeno? 


Ante este tipo de eventos, he escuchado a creyentes decir: "se lo merecen por paganos, por la religión que siguen en ese país, etc". Pero, ¿es esto bíblico? La biblia enseña que el hombre recoge lo que siembra. Ciertamente es parte de la verdad, pero en la infinita mente de Dios, Él obra conforme a su propósito. No sólo los injustos reciben males. Los justos Suyos también los reciben. Dios nos enseña esto a través de la historia de Job. 


Job, quien parecía una persona recta, en un día lo perdió todo. Ante su tragedia, dijo:"Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito" Job 1:21....y luego dijo:"¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? Job 2:10


Así que el mal no sólo sobreviene por causa del pecado, sino por decreto soberano de Dios. Sin importar si una nación es menos impía que otra, Él permite que tragedias y desastres ocurran sin discriminación alguna. Iglesias han sido borradas del mapa por tornados....y ¿no estaba la mano de Dios en control allí? Por supuesto que lo estaba! En todo ésto, Él se glorifica y le enseña al hombre que quien controla la creación es Él. Eliú dice en su discurso respecto de Dios: "¿Quién le dio autoridad sobre la tierra? ¿O quién puso en orden todo el mundo?" Job 34:14. "Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor, para hacer sobre la faz del mundo, en la tierra, lo que Él les mande." Job 37:12.


Nuestra actitud debe ser de total sumisión y reverencia ante ese gran y Todopoderoso Dios; de misericordia para con los demás, y agradecimiento por sus favores. Nunca debemos alegrarnos por el sufrimiento ajeno, esto no glorifica a Dios. Su anhelo es que reconozcamos Su poder y deidad.


Job entendió el propósito del Padre a través de su desgracia. Su reverencia y reconocimiento de la majestad del creador fueron manifiestos al final, cuando fue interrogado luego de múltiples preguntas realizadas por Dios respecto a acontecimientos de Su creación, a lo que Job sólo pudo responder:  "He aquí que yo soy vil, ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca". Job 40:4. Esa debe ser nuestra actitud ante las tragedias propias y ajenas. 


Un creyente experimenta la verdadera fe luego de la prueba, confirma su llamado y escogencia, cuando a través de sus diversas experiencias, puede afirmar con convicción en su corazón la soberanía de Dios sobre todas las cosas, tal como lo afirmó Job:  "De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven." Job 42:5.





Por Omar Jaramillo  © Todoporgracia. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia

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