Historia de un burro en la noche en que la Luz iluminó al mundo

 

 

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  Historia de un burro en la noche en que la Luz iluminó al mundo 

Felix Miguel Santana

 
Testigos del nacimiento de Jesús estuvieron varios animales, que al verlo reconocieron que aquel Niño no era un niño común y corriente, sino que era un Niño  muy especial.
Entre éstos, estaba un burro, que no dudó en ningún momento en vigilar y estar atento del Niño, y en su distancia lo observaba y cuando el Niño se movía o lloraba, el burro rebuznaba queriendo cantarle una canción de cuna al Niño para que se durmiera.

La Madre del niño, lo miraba y con la mano le decía: 'El está bien, descansa"

Desde aquel día la vida le cambió por completo a este burro, le contaba a cualquier animal que veía de la historia del nacimiento de este Niño, y cuando tuvo su propio hijo continuamente le contaba la historia de la noche que se iluminó con la presencia de un Niñoen su pesebre.

Al pasar el tiempo, la historia que contaba paso a ser un relato que ya muchos no creían del todo, pero él insistía en contarla, y le decía  a su hijo: algún día encontrarás a este niño.

Un día llegaron dos hombres a casa de su amo y desamarraron al hijo de este burro y cuando el amo 
preguntó, ellos respondieron: el Maestro lo necesita,  al ver que su amo no dijo nada sino que aceptó que se  llevaran a su hijo, éste siguió en la distancia a su hijo.


Cuan grande fué su sorpresa al ver en la distancia al Maestro y  ver cerca de Él a la madre de éste, y en seguida la reconoció y rebuznó de alegría, de felicidad, tiró patadas al aire.  Los que estaban cerca de ahí  pensaron que se había vuelto loco, pero la Madre se acercó y le dijo: " Si! ése es el Niño, y cuan grande fué su alegría al ver aquel Niño, montado ahora en su hijo, se arrodilló y lloró, Maria le pasó su mano y le dijo: por haber contado a todos sobre la noche en que la Luz iluminó el Mundo desde tu pesebre, hoy tu hijo entra triunfante a Jerusalén llevando al Salvador.

El burro rebuznó fuerte, bien fuerte, de alegría y en su rebuzno le decía a su hijo:  ¡ése es el Niño, ése es el Niño!.

El joven burro al ver como la gente tiraba sus mantos, ramas y  clamaba a Aquel que él llevaba,  reconoció que era alguien muy especial y al oír a su padre rebuznar diciendo ése es el Niño, es  el Niño de quien te hablaba, levantó la cabeza orgulloso de que la historia de su padre sí era verdadera.  

Al entrar a Jerusalén Jesús se desmontó, lo miró a los ojos  y pasándole la mano por su cabeza le dijo: "gracias por llevarme en tu espalda y dile a tu padre que gracias por cuidarme la noche en que nací"

Ahora al pasar el tiempo este joven burro, ya no tan joven, contaba a otros la historia de su padre "cuando la Luz iluminó en la noche al mundo desde un pesebre", y contaba además la historia del día en que el Sol danzó y las piedras cantaron y los Ángeles volaron sobre Jerusalén e hicieron coro cantando: " Hosanna, bendito, bendito sea Dios”
Aquel domingo el llevada en su espalda a Jesús.

Felix Miguel Santana

 

 

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